Si tras leer el título de esta entrada has pensado inmediatamente “no usar Google”, te equivocas. No le llaman el gigante de Internet por casualidad, y por otro lado no tienes por qué prescindir de sus servicios. Asimismo que Google te siga la pista tampoco es el fin del mundo: te mostrará publicidad acorde a tus intereses y la experiencia de usuario será más rica dentro de su entorno de aplicaciones. Pero si quieres, puedes ponerle límites, y el cómo es lo que te enseñamos a continuación.
Cómo evitar el rastreo de Google es sencillo, siempre que sepas dónde acudir. Te guiamos, así que te basta con estar identificado en, por ejemplo, Gmail, y seguir las indicaciones.
Antes, tal vez te interese realizar una copia de todos tus datos con Google Takeout.
1. Actividad e historial
Esta sección de la configuración de Google se correspondería con el antiguo historial web, ahora reorganizado en varios apartados que incluyen actividad de búsquedas y navegación, historial de ubicaciones (recogidas a través del navegador y o de Android), información de los dispositivos, comandos y búsquedas de voz y búsquedas e historial de YouTube.
Con desactivar cada opción es suficiente para evitar que Google continúe almacenando y utilizando los datos indicados, aunque los historiales hay que gestionarlos aparte y decidir en cada caso qué se conserva o elimina.
Excepto la eliminación de un historial, todo se puede deshacer sin mayor problema y excepto por la obvia pérdida del historial, no hay pérdida de funcionalidad. Además, Google explica con detalle el resultado de cada acción antes de que se acepte.
2. Publicidad
Los anuncios basados en los intereses del usuario se desactivan muy fácilmente desde la opción disponible, pero solo es válido para cuando se navega indentificado.
Mediante cookies Google sigue rastreando al usuario, por lo que también es imprescindible desactivar las dos opciones del control de anuncios con sesión cerrada.
Queda un tercer paso y por increíble que parezca, implica la instalación de un plugin de código abierto (Chrome, Firefox, Internet Explorer) para inhabilitar por completo la cookie de DoubleClick, que además de Google distribuyen millones de sitios en Internet.
3. Complemento de bloqueo
Llegados a este punto no hay nada más a nivel de configuración que se pueda hacer, y sin embargo Google te seguirá rastreando por diferentes vías “anónimas” (Google Analytics) a modo estadístico, uses o no uses Google. Así, la solución es un complemento para el navegador web como, Ghostery.
Eso sí, hay que configurar bien Ghostery para que no sea este el que termine recopilando datos (anónimos). Conforme se instala aparece el asistente, de manera que viene rodado y son unos pocos clics.
Como alternativas a Ghostery, Disconnect o Privacy Bdger.
¿Te has librado ya del seguimiento de Google? Sí y no. Se supone que las opciones que se han cambiado se respetan, pero incluso aunque así sea, cuando estés usando cualquier servicio de la compañía, tu actividad te delatará. Imposible lo contrario.
4. Alternativas
Por supuesto una forma de evitar que Google te rastree es no usar los servicios de Google y optar por alternativas. Las hay para todo: búsquedas, correo electrónico, mapas, almacenamiento… Claro que hay que elegir con sabiduría para no saltar del cazo y acabar en la sartén.
Este apartado se merecería su propio artículo, y es que alternativas haberlas haylas, pero el nivel de los productos de Google es notable y encontrar sustituto para todo a la altura de la circunstancias no es tan fácil como parece.
No es el objetivo de hoy buscar alternativas a Google, por lo que estas líneas sirven para una única cosa: recalcar que aun evitando en lo posible todo lo que huela a Mountain View, los puntos anteriores serían igualmente obligatorios, dependiendo de si se tiene una cuenta de Google y si se usa.
5. Android
Android es, ahora mismo, la madre del cordero. Difícil decisión para el usuario de a pie, porque se puede prescindir de compartir la localización o usar las aplicaciones de Google integradas por defecto, pero es imposible evadirse por entero y la pérdida de funcionalidad será más acusada que en el PC. Cuando se es árbitro y parte no hay competición que valga; no obstante, las configuraciones que hemos visto servirán para poner un poco de freno al ansia acumuladora de nuestro querido gigante.
Otras consideraciones acerca de la privacidad
Terminamos comentando distintos detalles de la configuración de Google que si bien no tienen que ver directamente con el rastreo por parte de la empresa, sí afectan a la privacidad del usuario por exposición. Un ejemplo es el de las recomendaciones compartidas en anuncios. Esta opción incluye las recomendaciones y puntuaciones de aplicaciones y contenidos en Play Store.
Una configuración exahustiva exige un paseo por las opciones propias de los diferentes servicios de Google, con especial atención para con Google+ y YouTube. En cada caso dependerá del uso que se haya hecho, pero no está de más una revisión rápida.
La estrategia en favor de la privacidad, dado que Google no es el único ente que se dedica a almacenar datos de usuario, se podría llevar al extremo utilizando software dedicado a la seguridad y el anonimato. Pero el usuario corriente no necesita llegar a extremos.
Además, esto no es cosa solo de Google. Los servicios web gratuitos que usan millones de personas en todo el mundo, no son realmente gratuitos. Nada es gratis. La moneda de cambio son los datos del usuario, para afinar la publicidad, para mejor el servicio; para lo que sea. Y la alternativa es no usarlo. No usar Google, Facebook, Twitter, Instagram… Y cualquier portal de contenidos que se mantenga a base de publicidad entra en el saco, e incluso servicios de pago lo hacen.
Así es como nos encontramos o nos encontraremos en la situación en que el todo gratis que depende de la publicidad se trunca, porque la publicidad no funciona. ¿Es solo la publicidad, o son los métodos que se emplean para hacerla más efectiva? Esta, como se suele decir, es otra historia.
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